
portada On the couch
Una mañana cuando llegué a la reunión de C. de Publicaciones me encontré una revista de caricaturas sobre la mesa. ¡Eran sobre psicoanálisis y recogían caricaturas aparecidas desde 1927 en THE NEW YORKER y con el auspicio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Austria! La publicación, de 2006, llevó por título On the couch (En el diván).
¿Por qué una revista como The New Yorker, enfocada a la clase media, acomodada y culta ha publicado más de 400 caricaturas (hasta 2006) dedicadas al psicoanálisis y los psicoanalistas? ¿Tan popular era/es el psicoanálisis? ¿Y qué se transmite del mismo?
En la primera frase del prefacio Michael Freund (editor de la publicación) afirma: “Psychoanalysis is a serious buisness” (El psicoanálisis en un asunto-negocio serio).
Es serio. Los pacientes pasan años hablando de sus experiencias dolorosas, de sus miserias y agonías que frecuentemente también lo son para el psicoanalista. Un poco de humor no vendría mal. Todo lo contrario, sabemos que resulta una manera lograda para elaborar la angustia movilizada.
Me sorprendió la contratapa. ¿Y esto?
Mientras en Estados Unidos se comenzaban a publicar caricaturas sobre el psicoanálisis, en Europa avanzaba el nacismo y se quemaban, entre otros muchos, los libros de Freud.
Freud había recolectado chistes, sobre todo del humor judío, durante más de 10 años antes de publicar su ensayo sobre el tema “El chiste y su relación con el inconciente” ( Freud,1905). En el mismo, plantea que el poder del chiste es que convoca a la pulsión, al placer, merced a los mecanismos de condensación, desplazamiento y figurabilidad. Sobre la caricatura dice que se constituye en rebelión contra la autoridad y la opresión que generan.
El psicoanálisis fue bastante popular en las ciudades grandes de los Estados Unidos. Vale la pena recordar que su llegada y prestigio, luego de la visita de Freud a la Clark University en 1909, fue en permanente ascenso durante casi 40 años más. Era tema corriente entre la “gente culta”.
La primera caricatura dedicada al psicoanálisis en Estados Unidos, fue publicada en The New Yorker en 1927 y nos muestra al Rey Enrique VIII de Inglaterra confesando al analista sus sueños y miserias mientras que éste salta de su sillón horrorizado con lo que escucha. Hay cosas que no cambian. Los invitamos a “verlo” por ustedes mismos.
Se puede acceder a un comentario del mismo en On the Couch: Psychoanalysis in Cartoons, Art from The New Yorker – Freud Museum London
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