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 El film es remake del primer opus de Walt Disney, de 1941, muy breve, poco más de una hora,  cuando los medios de producción y realización eran otros, aunque las diatribas de “producto de Hollywood”, las cargó siempre.

 

Los niños no captaban  estas  sutilezas y el film les gustaba igual y eran tocados por los toques “fuertes”, que tuvieron que cargar generaciones cuando separan a la madre elefante de su hijo orejudo y volador. Mediante los buenos oficios y la inventiva de un imaginativo libretista, (Ernst Kruger), este nuevo film gana en agilidad, concisión, disminución del pedal de la sensiblería predictible, y el film se convierte en un film de Burton, lo que significa el ingreso a un mundo de cuento de hadas, donde los personajes más sospechosos, menos creíbles en su nobleza,  gastan frases como “es mística”, “es mágica” con toda la explosión de color, espectacularidad, coreografía, riqueza de vestuario e imágenes cálidas, entrañables, del mundo del circo, traído por el tren de los hermanos Médici, con sus vagones de fieras,  magos, sirenas, serpientes, ratones, monos, y animales más exóticos, como boas pitón, para simbolizar más literalmente los abrazos entre amigos, y el recuento sigue: redes, cuerdas, trapecios, carpas gigantes.

Burton había dudado cuando empezó a trabajar para la casa Disney -con quienes tuvo más de un malentendido- lo hizo a regañadientes, cuando tomó la realización de “Alicia en el país de las maravillas”, (2010) y resultó sin embargo un formidable film. Él ya había creado su mundo, su estilo, barroco, sombrío. crudo, (“El joven manos de tijera”, 1990), o aquel en que no dudaba en bajar al Hades (“El cuerpo  de la novia”, 2005), o no trepidaba en presentarnos un film negrísimo, ofreciendo horrenda serie de crímenes en una peluquería, (“El barbero de la calle  Fleet”,  2013) habiendo sido su actor preferido Johny Depp, casi convertido en actor.fetiche, como también lo fue el músico Danny Elfman o su mujer Helena Bohman Carter. Otros films (“El regreso de Batman”, 1986),  (“El gran pez” 2003) sin agotar la lista.

Dumbo se enriquece con la presencia del padre que vuelve con lesión de guerra, su esposa ya había muerto, los hijos, se han criado en el circo, que ha sido su albergue, su escuela, sus vínculos vicariantes, donde la niña se dedica a la ciencia y el niño es incondicional camarada de la hermana. Del film anterior que se centraba en la escena de la separación materno.filial, que Burton abrevia acá, para ensanchar el mundo a una féerie, espectacular y  gozosa, donde rinde tributo a la coreografía americana,  al mundo del circo en su fascinación, a un público unido en la comunión mimética con el elefante volador, animado de lucidez y de alma, como un joven tierno y tímido, que se ve lanzado a la vida, para culminar en un final de vuelta a una naturaleza, más amigable y tierna que la ciudad, acompañado de su madre y feliz. El espectador se olvida por dos horas de las asperezas del mundo imaginario de afuera y se zambulle en este mundo no menos imaginario, pero más hermoso, fragante, tierno y perdurable.

 

“Dumbo”. EEUU. 2018. Dir.:  Tim Burton. Con Danny Devito, Colin Farrell, Eva Green, Michel Keaton, Alan Arkin.