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Es un film “hereje”, como acota servicial y justamente Google, porque es un film en blanco y negro, de breve duración; es también una película  que no es una superproducción. Sin embargo este “pequeño film”, es tocante como un poema, como un movimiento  de música de cámara, como una lánguida canción de amor y desencanto.

Historia de amor a cuatro voces, deja correr sus aguas cristalinas, aunque corra por ambiente de interiores, medianos y bajos, (e incluso sombríos), mas ella fluye como un ondular de aguas y de imágenes, que susurran la historia, más que relatarla a viva voz.

Un rincón universitario,  un hogar pequeño burgués, la guerra de Argelia todavía planea en la voz del abuelo, en la memoria de Gilles, padre y profesor de filosofía, que vive con su única hija, Jeanne, a la que Mateo, el muchacho con quien  convivía, le ha dado el adiós. En tanto Gilles termina por rendirse ante los embates de Arianne, una alumna que blande su sensualidad como una masa envolvente, y que aparenta tener las cosas más claras y firmes, en su asunción imaginaria de un ser Don Juan femenino que la posee, y ella  quiere gozar de la vida, como ella supone que gozan de ella los hombre.

Este cuarteto suena bien, y se muestra mejor, en claroscuros espléndidos obtenidos por sabia fotografía de Renato Berta,  resaltando  la nívea blancura de cuerpos esbeltos y jóvenes de hombres y mujeres, no maltratados aun por los temporales de la vida.

El anudamiento de este nido de víboras, cierra trilogía de Garrel, viejo joven realizador, quien filmara “Los celos” en 2013, “La sombra de las mujeres” en 2015, y culmina este film con la ayuda del veterano y talentoso libretista Jean-Claude Carrière. Así  con este cuarteto de personajes,  es que habrá de desanudarse este canevas hecho de los trucos del amor, (celos, infidelidad, promesas de amor a perpetuidad), no sin consecuencias, no sin acre  y poético sabor.

Tan solo las justas, oportunas notas de un piano acompañan a los agonistas, junto a un cantante actual, Jean Paul Aubert, quien ejecuta una canción  con letras de Michel Houellebecq, otro  narrador actual y grande, quien sostiene, como credo creador, de la necesaria convivencia de la poesía y el sufrimiento.

 

“Amante por un día”. Francia, 2017. Dir.: Philipe Garrel. Con Eric Caravaca, Esther Garrel. Louise Chevillotte.