Arthur es un hombre joven, pobre, que aspira a ser comediante, llena un cuaderno con prosa febril de muchas enmiendas y reescritura. Los apuntes están llenos de una prosa bizarra y oscura. Su madre apenas sobrevive junto a su hijo, a quien le  llena la cabeza  con presuntos orígenes de riqueza, surgidos de su alma en desvarío. Arthur (o “Happy”) tiene un magro sustento, gracias a precarios stand up, que lleva a cabo en escenarios miserables, enmarcado en arrabales dantescos, contra el fondo de  calles atiborradas de basura, ratas, barro y callejones y empinadas escaleras que llaman al crimen. Ciudad violenta, con multitudes solitarias e indiferentes al semejante que pasa a su lado,  a no ser que se de la oportunidad   para molerlo a palos o matarlo.

El protagonista jugado por Joaquín Phoenix en un “tour de force” impactante está lleno de recursos (el actor danza, corre, ríe, ¡y cómo ríe!; a ello hay que sumarle sus tránsitos de la calma a la tormenta, donde se aprecia la lección magistral de un actor, que describe los descensos al infierno del “Guasón”, criatura nacida en una historieta de Batman (de Kane, Finger y Robinson) y aunque los hilos del film  muestran las raíces con la historia-madre del “Hombre murciélago”, poco tiene que ver este film con los elementos originarios del  comic.

El cine es vehículo formidable, y este film lo muestra: el cómo narrar en imágenes expresionistas, grand-guignolescas, crueles, con fondo musical de reminiscencias wagnerianas, los laberintos tortuosos del alma de “Happy”, aprestándose a llevar a término su “Divina Comedia”, acotada a los círculos infernales.

En el  intento dialéctico (imposible) de comprender la locura del personaje, el libreto intenta establecer un juego razonable de causalidad con la injusticia social, el abuso materno, una security hipócrita, una sociedad de millonarios y políticos corruptos, indiferente y cruel,  lo que facilita la construcción y el dinamismo de la trama, pero no se acerca a mayores calados de verosimilitud dramática. De todos modos es admirable el virtuosismo del film, como narración cinematográfica, y la labor de Phoenix, hace tablas con la del malogrado Heather Ledger, en el film de Christopher Nolan.

“Guasón” (Joker). EEUU. 2019. Dir.: Todd Phillips. Con Joaquín Phoenix, Robert Deniro.