el_cultural_507711382_218724956_1706x960
Joyce Carol Oates es una escritora estadounidense, nacida en 1938, que cuenta con alrededor de cien títulos publicados, entre los que destacan novelas y cuentos, y que también ha escrito teatro, poesía y ensayos. Escribió algunos títulos incluidos en el género policial, con los pseudónimos Rosamond Smith y Lauren Kelley.
Varias importantes novelas y algunos volúmenes de cuentos han sido traducidos al español.
En 2020 el nombre de esta escritora resonó fuertemente como favorita de varios críticos para recibir el Premio Nobel de literatura, que “debía caer” en América del Norte.Evidentemente los autores del vaticinio expresaban su deseo y no tenían contactos confiables en el ámbito de las decisiones del premio: el Nobel de literatura 2020 “cayó” efectivamente en EEUU. Lo obtuvo la poeta Louise Glück.
Llegado ese momento, quienes nos interesamos en conocer mejor a Joyce Carol Oates habíamos entrado ya en su órbita y no estábamos apurados por salir. Encontramos una escritora original y una prolífica obra que no decepciona; por el contrario, como sucede con algunos grandes autores, su obra promueve un interés que se renueva en cada narración, e induce a familiarizarnos con una escritura que deslumbra, con sus paisajes preferidos, sus temas recurrentes y, al mismo tiempo, con un inigualable talento para no repetirse.
Algunas de sus obras pueden corresponder al género “novela negra” (“Rey de picas”-Jack of Spades,2015- sería el ejemplo más claro) o “thriller-terror” (“Zombi” – Zombie,1995) géneros que abarcan estos títulos y algunos de sus libros de cuentos (“Mágico, sombrío, impenetrable”-Lovely,Dark,Deep. 2014) pero, más allá de una precisión en géneros (también ha incursionado en el gótico, y en literatura para niños) puede generalizarse que su narrativa insiste, fundamentalmente, en la profundización de los enigmas de los seres humanos, en la capacidad humana para alcanzar un extraordinario rendimiento de los potenciales intelectuales y afectivos, y, también en lo opuesto, para generar destrucción, enfatizando cada vez, cómo las características personales se forjan a lo largo de la vida y en su transcurso tienen importancia determinante la familia, el entorno y las circunstancias de la historia infantil.
Los personajes de sus novelas, incluidos en contextos convencionales o excepcionales, son trabajados hasta los mínimos detalles, con una pluma certera, pródiga en metáforas y altamente solvente y convincente. Cada personaje en su peripecia personal porta una historia a descifrar y la escritora envuelve al lector, lo guía y lo compromete en esa búsqueda. Leer a Joyce Carol Oates produce un efecto de encantamiento.
Las circunstancias dramáticas en la infancia, marca a la mayoría de los principales personajes de sus obras; algunos de ellos, como la protagonista de “Blonde” están inspirados en hechos reales. (Blonde, ficción sobre la vida de Marilyn Monroe, 2000) Es de resaltar la impresionante imaginería con que la autora envuelve una “historia real” para construir una novela magistral. Esto que sucede con “Blonde” es también el caso de “Hermana mía, mi amor”(My sister,my Love, 2008). En esta novela, J.C. Oates inicia la historia con una niñita que aparece estrangulada en el sótano de la casa en que vive con sus padres y un hermano tres años mayor que ella. Las circunstancias son las mismas que rodearon la muerte de Jon Benet Ramsey, una niña varias veces premiada como joven reina de belleza, que murió asesinada a los seis años, en 1996. En la novela, la niña es presentada como una precoz campeona de patín sobre hielo y la narración está enfocada desde la perspectiva del hermano, testigo de la exigente preferencia que la niña ocupó en el interés de la madre, y quien, diez años después de la tragedia, es un joven adicto atormentado por las múltiples pérdidas vividas, la confusión y el dolor de los recuerdos. El retrato de los padres los muestra como personajes marcados por la necesidad de éxito social y económico, a la vez que incapaces de eludir la exhibición de sus apetitos y carencias. La complejidad de sus caracteres, desglosada paso a paso, es extraordinariamente convincente, tanto en la etapa previa a la muerte de la niña, como en la etapa posterior, y el desenlace propone el develamiento de la identidad del asesino de la pequeña, final que en el caso real -pese a que surgieron hipótesis en la misma dirección- no se alcanzó.
En muchas de sus novelas, Joyce Carol Oates ubica un personaje principal en el contexto de una familia tradicional (matrimonio heterosexual con al menos un hijo y generalmente más de uno) y atiende con pertinencia y convicción las características de los otros personajes, que de una u otra forma serán relevantes para la comprensión de la historia. Como las novelas en general no siguen un orden cronológico regular, la historia de la familia, orígenes, antecedentes etc. debe ir siendo hilada por el lector, en base a los datos que aquí y allá la escritora entrega, a modo de semillas que incentivan la curiosidad.
Uno de sus títulos más elogiados, “El libro de los mártires americanos”(A book of American Martyrs, 2017) sostiene el desarrollo paralelo de dos familias ligadas por un crimen y sus consecuencias. El crimen se produce en los años setenta, en el momento en que un fanático religioso anti abortista, mata a un médico ginecólogo, defensor del derecho a la interrupción del embarazo. Esos dos hombres tienen hijos que se verán inevitablemente afectados por las consecuencias. La familia del médico y la familia del homicida no se diferencian sustancialmente por la clase social sino por las ideologías que les atraviesan. El fanatismo religioso del anti abortista, que se enlaza al predominio del odio hacia el diferente, se incrementa en su mujer y en sus allegados, con la condena del padre homicida, apresado, enjuiciado y más tarde ejecutado; la miseria y la intolerancia amplían las restricciones para los hijos, en tanto la madre se instala en el lugar de víctima de las circunstancias. Por otra parte, la familia del médico, aunque poseedora de mayores recursos y vínculos, pierde cohesión al tomar la viuda un rol muy activo en la reivindicación de la causa, lo que le exige constantes desplazamientos, presentaciones públicas en distintas ciudades y alejamiento frecuente de sus hijos.
La familia, origen y centro de los dramas de los personajes de la autora, aparece magníficamente caracterizada en “El libro de los mártires americanos”, en dos ejemplos de concentración de principios, ideas que pueden ser transmisión rígida de tradición, o fuerzas que impulsan cambios relevantes en la sociedad. Fuerzas opuestas de gran intensidad que moldean e incluso anulan la individualidad de los hijos. Por eso los dos tercios finales del libro se centran en los personajes de las respectivas hijas mayores- adolescentes en el momento del crimen- quienes luchan, cada una en sus posibilidades, para encontrar sendas trazadas por su propio deseo, desde medios que las condicionan opresivamente en otras direcciones.
Es de destacar que los antecedentes de muchos de los principales personajes de J.C. Oates, están marcados por una tragedia efectivamente acontecida (como las muertes de los padres en “El libro de los mártires”, la muerte violenta de la niña en “Hermana mía, mi amor”, la muerte violenta de ambos padres en “La hija del sepulturero”-The Gravedigger’s Daughter-2007, la exposición a la muerte temprana y el abandono en “Mujer de barro”) o por un drama del cual pueden desconocerse los detalles con exactitud, pero del que reconocemos la marca a fuego en el o los personajes centrales; será en el devenir de la historia cuando el lector podrá ordenar distintos niveles de la trama hasta alcanzar la argumentación plausible, con un núcleo original dramático, efectivamente deducible y en ocasiones confirmable. Estas características se pueden apreciar en “Persecución”(The persuit,2019) “Mujer de barro”(Mudwoman,2012) “Monstruo de ojos verdes (Freaky Green Eyes 2003)”, “Ave del paraíso”( Little bird of Heaven,2009) “Delatora” (My life as a rat, 2019) “Qué fue de los Mulvaney” (We were the Mulvaney, 1996) varios de sus cuentos, y presumiblemente en otras obras.
En “Niágara”(The Falls,2004) otra magnífica novela, el hecho dramático que pone en marcha la trama, no está ligado a la infancia del personaje protagónico, sino que acontece siendo ella una mujer que acaba de casarse, cuando, en la luna de miel tradicional, el reciente esposo se suicida arrojándose a las cataratas. Ese es el inicio del relato que se extenderá en el resto de la vida de la protagonista, con el telón de fondo del río Niágara y la ominosa majestuosidad de sus saltos y remolinos, que en ocasiones retienen por mucho tiempo los cadáveres de víctimas empujadas al abismo por otros, o por su propio anhelo de muerte.
La capacidad de la escritora para atrapar el interés del lector radica en su profunda percepción de cómo los seres humanos estamos atravesados por el desconocimiento de nosotros mismos. La presión ejercida por deseos censurados e impulsos inaceptables que buscan manifestarse, determina con frecuencia conductas que hombres y mujeres no pueden comprender, sorprendiendo y sorprendiéndose por acciones que tanto pueden ser extrañas heroicidades como actos deleznables y que imprimen huellas imborrables para el resto de la vida. Previniéndose de establecer juicios morales, las acciones de los personajes tendrán siempre una lógica coherente, no enunciada como justificación por la autora, sino infiltrada en la escritura, de modo que el lector arribe a una comprensión integral de cada situación y de cada personaje. A la vez, esa profundización dejará intocado en cada caso, algo del enigma consustancial a lo humano. El núcleo inabordable que puede definirse también como la radical imposibilidad de comprensión de sí mismo que sorprende a cada persona, queda, en todos los casos, preservada de una explicación simplificadora.
Pocas veces es posible encontrar en un autor tan prolífico como J.C. Oates, tan hondos y variados matices de ficción, centrados siempre en las características humanas. Uno de los ejemplos más difíciles de olvidar se encuentra en un capítulo de “Mujer de barro”, en el que la autora aborda un sueño del personaje central, con el realismo de la experiencia onírica. Con extraordinaria solvencia narrativa, permite que el lector “despierte”-junto con el personaje- en el preciso momento en que se cernía cierta vacilación sobre la veracidad de los acontecimientos narrados. Impresiona la capacidad de la autora para la transmisión de la complejidad psíquica que implica la reconstrucción/ creación de las historias de infancia en base a retazos perceptivos. También en ese tenor la autora aborda en “Hermana mía, mi amor”, los confusos recuerdos de Skyler, el hermano que sobrevive a la niña. En “La hija del sepulturero”, novela que sigue el curso de vida de una protagonista cuya infancia es quebrada por el desborde criminal de un padre que enloquece, ejemplificará vívidamente la fuerza de lo que llamaremos en psicoanálisis, “compulsión de repetición”: cómo lo traumático experimentado, fuerza a replicar aspectos vividos o vivenciados como reales, con el objetivo –no consciente- de repetir para lograr algún nivel de integración de eso extraño, propio y no, que insiste inexplicable. Así la hija del sepulturero hará elecciones que la obliguen a huir, una y otra vez, como no pudo hacerlo de la escena trágica que en la infancia la colocó en el lugar del testigo.
En la misma línea encontramos a la protagonista de “Persecución”, al inicio de su toma de contacto con la felicidad, poniendo accidentalmente su vida en riesgo para encontrar en el duerme vela de la inconsciencia la curiosidad y el valor para indagar el pasado que insistía con imágenes repetitivas y perturbadoras. Vale también como ejemplo la dolorosa salida de la infancia de la protagonista de “Delatora”, acuciada durante años por la incerteza de lo “visto – no visto”, basculando entre el temor, la culpa y la supuestamente merecida expiación.
El tema de las relaciones fraternas está presente en muchas de sus obras (“Delatora” entre ellas) y se hace particularmente notable en “Mamá”(Missing Mom,2005) novela que la autora dedica a su madre, fallecida con más de ochenta años. La madre de la ficción muere en circunstancias violentas con poco más de cincuenta años y la novela se centra en la relación de las hijas huérfanas, quienes convocadas a la tramitación del duelo, descubren las oscuridades y ajenidad que la concordancia en el amor de la madre había velado.
Joyce Carol Oates estuvo casada dos veces; perdió a su primer esposo, Raymond Smith en 2008 y en 2011 publicó “Memorias de una viuda”. En 2009 se casó con Charles Gross, quien falleció en 2019. Según ha manifestado en algunas entrevistas, escribe varias horas por día, todos los días. A través de su cuenta en Twitter es posible conocer más de su modo de pensar, ya que escribe regularmente, manifestándose sobre asuntos trascendentes en el plano social y político.
Ha recibido muchos premios literarios en su país y fuera de él; algunos internacionales a mencionar son el The Jerusalem International Book Forum en 2019, el Premio Cino del Duca (premio mundial otorgado por la fundación del mismo nombre) en 2020 y el Premio Carvalho del Festival BCNegra (Barcelona 2021) El jurado de este último premio fundamentó la elección de Joyce Carol Oates con estas palabras: “por el tratamiento personal que hace, desde diferentes ópticas, del fenómeno de la violencia y su trascendencia psicológica y social, por su personal inmersión en el género para expandirlo y abrirlo al presente. Al igual que por la exposición y la mirada del violento y la víctima, idea de culpa y redención, venganza, olvido y, quizás, perdón”.[i]
Los títulos de J.C.Oates que fueron ubicados en el género “novela negra” por los organizadores del premio Carvalho, incluyen “La hija del sepulturero”, “Memorias de una viuda”, “Rey de Picas”, “Riesgo de los viajes en el tiempo” (“Hazards of Time Travel”, 2018)
Refiriéndose a su obra, la autora ha dicho, en una de las varias entrevistas que le han realizado: “…no es difícil ser consciente de los elementos siniestros de nuestra sociedad, están presentes en todas partes. La ficción es un espejo de la vida, a veces distorsionada, a veces cruda y sin mediación. No hay ficción tan horrorosa como la vida.” [ii]
[i] https://www.39ymas.com/joyce-carol-oates-premio-pepe-carvalho-2021/
[ii] https://elcultural.com/joyce-carol-oates
Suscríbase para recibir las últimas novedades de TEND directamente en su casilla de mail.
» Ir al formulario