Revista#5 - Archivo | 25 noviembre, 2020
“Tiempos heroicos” Hanna Segal en Montevideo: documentos entre archivos # anécdotas entre familias
por Magdalena Filgueira


Hanna Segal (marcada) con Héctor y Mercedes Garbarino, Juan Carlos Rey, Y otros analistas fundadores. Parque Hotel. Montevideo. Diciembre 1952 Donación al Archivo por Michel Segal (2020)

 

Mercedes Freire de Garbarino (1988), en su célebre y valiosa editorial de la Revista Uruguaya de Psicoanálisis, dedicada a la Interpretación expresa: “Quisiera aclarar que esta historia -como todas las historias- va a estar teñida de elementos subjetivos. “Es la historia que yo viví y puede estar algo deformada.” (p. 3) Relata varios momentos de inquietud por los que pasaron pioneros del psicoanálisis en el Uruguay, esperando contactar algún analista ‘didacta’ que pudiera desarrollar las funciones de la formación en nuestro medio. Señala varias veces que el impulsor nato fue el psiquiatra Valentín Pérez Pastorini, que fallece tempranamente, en una tarde del mes de octubre de 1948. “En el momento que entramos Marta Lacava y yo al grupo, la finalidad de estas reuniones no era estudiar -lo que hacíamos en pequeños grupos- sino que planeábamos la forma de organizarnos como Institución científica y de vincularnos con la I.P.A.” (Idem. p.5) Resalta como para lograr eso tenían como punto de referencia la A.P.A. “… éramos muy dependientes de ella.” (Idem. p.5) pensando o buscando alternativas surge la posibilidad de que algunos integrantes del grupo se radicasen en Buenos Aires, se analizaran, supervisaran y tomaran seminarios. Son dos analistas mujeres las que lo emprenden Laura Achard y la propia Marta Lacava quienes lo hacen. Cuando durante el gobierno de Perón se tornan muy complejas las relaciones diplomáticas con la Argentina, ellas se tienen que volver, por lo que se envían cartas a distintas sociedades ya establecidas para intentar contactos con analistas didactas de Europa que quisieran venir a Latinoamérica.

Mercedes dice: “Volvimos al viejo proyecto: conseguir a alguien que viniera. En ese despliegue de cartas que enviábamos llegó una a Londres y cual no sería nuestra sorpresa cuando nos comunican que Hanna Segal piensa emigrar de Londres y quiere ver las perspectivas que le ofrece Uruguay. Pasa con nosotros todo el mes de diciembre de 1952,” (Idem. p. 6) Más adelante: “Después de un mes de trabajo intensivo con la Dra. Hanna Segal (seminarios, supervisiones, encuentros clínicos, etc) ella resolvió no quedarse aclarándonos que el grupo le pareció bueno pero el medio social y cultural de nuestro país no le ofrecía a su esposo lo que aspiraba (era un matemático de éxito). Ella sí se hubiera ‘acomodado’ entre nosotros pudiendo hacer periódicos viajes a Buenos Aires donde la Asociación estaba ya prestigiada” (Idem. pp. 6-7)

Finalmente será la pareja de Willy y Madeleine Baranger, quienes cruzan el océano, se afincan primero en Buenos Aires y de allí vienen a Montevideo en noviembre de 1954 a forjar la Asociación Psicoanalítica del Uruguay.

El Archivo Histórico Documental (AHD) de la A.P.U fue fundado en setiembre de este complejo año de 2020. Hemos contactado otros archivos, para indagar e intercambiar documentos tanto en América como del otro lado del Océano, -en que también se están fundando, desarrollando, ampliando y profesionalizando varios- intercambio de pruebas, distintos testimonios que componen la historia de la Asociación. La idea es generar ‘construcciones interpretativas’ en lo que hace a historias y a la novela como institución pionera que es. He de detenerme entonces en este pasaje, en este punto que fue la llegada y la estadía de Hanna Segal en Montevideo, durante un mes. El archivo de ella se ha separado parcial y recientemente del de Melanie Klein, como el de Anna Freud del de Sigmund Freud, del Museo en Londres.

La primer aspiración al reconocimiento de la Asociación Psicoanalítica Internacional fue en el Congreso de Copenhagen en 1959. En esa oportunidad cuenta Mercedes Freire, en una entrevista con Gabriela Bruno (2001), «Klein nos invita a almorzar», publicada en la Revista Querencia.  https://querencia.psico.edu.uy/revista_nro3/gabriela_bruno.htm

Encuentro de los psicoanalistas uruguayos con Melanie Klein, de quien ya conocían sus trabajos , y les dijo directamente que ese año no iban a obtener el nombramiento, según Mercedes Freire, Klein agregó que su defecto era ‘ser kleinianos’. En el siguiente Congreso de 1961 en Edimburgo, Klein había ya fallecido, el grupo de estudio fue reconocido por la API, y transformado en una sociedad componente de la Internacional, reafirmándose en nombre de Asociación Psicoanalítica del Uruguay.

Fue logrado, entre otras intervenciones, por la ayuda de la mediación de Marie ‘Mimí’ Langer; ella había llegado junto a su marido, cuando apenas se habían exiliado, al Uruguay, en el cual vivieron tres años y medio, en la era de los “tiempos heroicos” como solían referirse a esa época. Se establecerán en Buenos Aires, y Mimí toma un gran protagonismo en la fundación y desarrollo de la A.P.A.

En el Congreso de Edimburgo del grupo oficial de la IPA se contactaron con Ángel Garma en Buenos Aires, para tomar la resolución de si aceptar a la APU como sociedad componente, o aún no, Garma a su vez se comunicó con Sterba para que consideraran la opinión de Marie, se debía confirmar la formación que había recibido en Europa, y se confirmó su valía, ya que Sterba habría expresado que ella era «una persona confiable». Importante ya que él fue su analista. Lo sabemos por Aida Miraldi (1988.p.12) que escribe sobre Mimí en la misma Revista Uruguaya antes mencionada, dado que había fallecido el 23 de diciembre del año anterior.

Tampoco ellos se quedaron a vivir definitivamente en Uruguay, el pasaje por nuestra tierra parece haberla comprometido de forma especial con el grupo de uruguayos. Aída Miraldi (Idem. p. 21) relata y transcribe el reporte oficial del Journal del 22avo. Congreso de 1962, que tras el rechazo anterior de los uruguayos: «Lo iban a hacer de nuevo. Algo tenía que hacerse, ¿pero cómo? (…) Pedí entrar donde deliberaban los monstruos sagrados, el ejecutivo de la IPA. Después de una espera prudente me dejaron pasar, y me dirigí directamente y no en inglés, sino en alemán a ellos. Miss Anna Freud- dije- claro, Ud. no se acordará de mi pero muchos años atrás Ud. me entrevistó antes de mi entrada a la Vereinigung. Ud., la Dra. Lampl de Groot (…) me enseñó los primeros pasos clínicos. Los nazis, la guerra, me llevaron a la Argentina, pero yo soy vienesa. Y después, les hablé del grupo uruguayo, que era bueno y serio. Y eso, además, era estrictamente verdad. Así conseguí su reconocimiento y me sentí latinoamericana y capaz de que nos reconocieran, que se olvidaran de sus prejuicios» (p.22)

Volvamos a la estadía en Montevideo de Hanna Segal, nacida Hanna María Poznanska en Lodz, Polonia, en 1918, de familia judía, su padre fue abogado en los niveles altos de la justicia, y además periodista, lingüista, editor de un diario y crítico de arte, su madre dedicada a la familia tuvo un gran cambio en que mostró su fortaleza.

Paciuk le dedica a su memoria un texto que ilustra la persona de Hanna. https://www.apuruguay.org/apurevista/2010/16887247201211413.pdf

Algunas biografías señalan que Hanna se habría integrado siendo joven al Partido Socialista Polaco. El nazismo expulsa a su familia de Europa continental, debiendo emigrar a Reino Unido, y termina estableciéndose en Edimburgo, por supuesto unos lustros antes del Congreso del 62. Allí conocerá a Fairbairn, que la vinculará definitivamente con el mundo psicoanalítico. Se establece en Londres, termina sus estudios de Medicina, y es habilitada por la British Psychoanalytic Society para comenzar su formación y un análisis con Melanie Klein hasta en final de la Guerra en 1945. Al año siguiente se casa con el matemático Paul Segal, teniendo tres hijos.

En Londres en julio del año pasado, -en el marco del Congreso Internacional-, se llevó a cabo un encuentro de comisiones que organizan archivos en relación al psicoanálisis. A partir de allí me he carteado con Jane Milton, quien trabaja con los archivos Melanie Klein, en conexión con los de Hanna Segal, ella me contacta con John Steiner, y éste a su vez con Michel Segal, hijo de Hanna. Cuando se le menciona el viaje de su madre a Montevideo, y la posibilidad de haberse establecido en Uruguay, Michel escribe que en su casa tiene una caja con fotografías y cartas, y recuerda que hay de ese acontecimiento. Encuentra la carta, la lee y exclama: ¡Sorprendió pensar lo diferente que podría haber sido su vida y las implicaciones para todos nosotros! También para la APU, podemos pensar cuál diferente hubiera sido la historia.

A través de Jane Milton, de John Steiner, y de Michel Segal nos llega esta fotografía, tomada en el Parque Hotel en diciembre de 1952. Le agradecemos, sobre todo a este último el haber buscado entre los recuerdos de familia, la fotografía, expresando en el envío “He revisado la caja de fotos y tengo la pieza clave para ti, adjunta. La foto es de Montevideo 1952, tomada en el Parque Hotel Roverano.  Agrega. “Estoy seguro de que reconocerá a la joven Hanna Segal a mitad de camino en la parte izquierda de la mesa.

Sí, sé lo del viaje a Montevideo. Hanna fue por su cuenta, debe haber dejado a Paul en Londres con dos niños pequeños. No por un mes, estoy seguro.  Después de su muerte, cuando estaba revisando las cajas de viejas fotografías, encontré la única carta sobreviviente entre mis padres. Nunca guardaron nada de eso, pero había dos páginas con la inimitable letra de mamá, enviadas desde su hotel en Montevideo. Habla de lo mucho que le gustaba allí y de lo acogedores que eran los analistas. Estaban ansiosos por que se mudara y está claro que ella estaba tentada en ese momento. También había una fotografía de ella con los colegas uruguayos en una cena en el hotel.  Estas probablemente están de vuelta en nuestro ático ahora.  Si los uruguayos son realmente entusiastas, podría subir y hacer una búsqueda a través de la caja de nuevo.

Me temo que no puedo encontrar la carta, pero en cualquier caso era una carta muy personal para su marido, por lo que no encaja en sus archivos. Como escribí antes, puedo confirmar que en ese momento estaban considerando activamente la posibilidad de mudarse al país al que ella se refiere como «el Uruguay».

No recuerdo ninguna discusión sobre esto, yo sólo tenía 2 años entonces, y no hay registro de ninguna otra discusión o consideración sobre el tema. La primera vez que recuerdo sus aventuras en Sudamérica fue cuando fue a Argentina alrededor de 1958. No creo que hubiera ninguna cuestión de emigrar por ese  entonces, Dan y yo crecíamos como colegiales ingleses y por supuesto su carrera se desarrollaba muy bien.”

Conversamos con Alejandro Garbarino sobre si tenía algo como hijo de Héctor y Mercedes, respecto a la estadía de Hanna, nos responde con el recuerdo de un relato de Mercedes, dado que tenía tan solo unos meses de nacido; Hanna lo había observado, y le habría comentado que: “su bebé da muestras de una buena posición depresiva”.

Con los archivos fundados crece la posibilidad de documentar acontecimientos y crece la posibilidad de nuevos relatos, que en este texto surgen de recuerdos entre hijos de psicoanalistas de aquellos, los “tiempos heroicos”.

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