Pluritemática - 8 marzo, 2018
La rueda de la maravilla
por Columnista, Juan Carlos Capo

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El lado sombrío de Allen

Dentro de la producción de Woody Allen, no solo destacan  films con pinceladas temporales, históricas, legendarias, que evocan años de infancia, ritos, costumbres, comidas, música (de jazz) -una curiosidad: “Kiss of fire”, versión sajona del tango rioplatense “El choclo” se deja oír en no tan escasos tramos del metraje de este film-.

En fin: la peculiar atmósfera de un mundo familiar judío. Y ampliando las imágenes de tantas películas, se suman una extensa caravana de comedias muy divertidas, inteligentes e incisivas. Y no se agota allí la enumeración. Hay un grupo remarcable donde se desvanecen hasta desaparecer los elementos hilarantes y son sustituidos por  trazos dramáticos, y aún trágicos.

A vuela memoria, la pluma recuerda:”Manhattan” (1979); “Días de radio”, (1987); “Crímenes y pecados” (1989); “Match point”(2005); “Blue Jasmin”(2013); y esta “Rueda de Maravilla”, título tan irónico y amargo, tan nutrido de sarcasmo  y  dolor anímico, donde se levantan diversos seres,  contra el escenario declinante de una Coney Island, que  fue primero isla, luego península, tan unida a Brooklyn como al océano Atlántico. El balneario tuvo su apogeo con ruidosos quioscos de tiro al blanco, la rueda gigante, los puestos de venta de pizza y de hot-dogs, en las primeras décadas del siglo pasado, y comenzó su decadencia alrededor de los años cincuenta, que es donde el film  despliega su trama.

La sonrisa del espectador va cediendo su lugar a una desaparición gradual de la mueca inicial, engañada y  bien dispuesta a sonreír, pero pronto se comprueba  cómo se ha puesto oscuro el cielo. Los matices del gran fotógrafo que es Vittorio Storaro atenúan gradualmente los colores cálidos y envolventes, y los sustituye por una paleta de azules, verdes y grises, que preanuncian el desvanecimiento de las ilusiones, como si entrara el otoño en un otoño de  almas.

El humor desaparece, hay una vivisección de los personajes, sobre todo de la mujer; mejor, de una mujer, donde el retrato de Ginny, (Kate Winslet, quien está muy bien en su papel de mesera y actriz renunciante; un ser infiel; que no solo no se puede sacar de su cabeza las migrañas, sino tampoco el eco de los tambores de la batería que su exmarido  tocaba, y lo hacía muy bien, hasta que un día él desapareció, dejándola sola con su hijo Richie, un pequeño pero tenaz pirómano en “fogosa” actividad indominable . Ginny, por lo demás, es lugar y cifra radiante, que no solo ilumina la trama como un real “sol negro”, sino que calcina seres en su entorno. Jim Belushi  juega el papel de Humpty,  actual esposo de Ginny y lo juega bien; alguna crítica lo ubicó como próximo al Kowalski de “Un tranvía llamado deseo” de Tennessee Williams, lo que no lo es en absoluto. Humpty es un hombre bueno, encargado del carrusel del parque de atracciones, le gusta la pesca y el béisbol, es poco imaginativo, muy amante de su mujer y de su hija Carolina, (June Temple, actriz en ascenso), que él ha tenido con otra mujer. Carolina ha huido de una convivencia terrible con un matón . No está, pues, ausente la mafia en este segundo hilo de la red. Agente de la mafia, silueta invisible, portador  de muerte segura, maligna sombra que quiere llevar de paseo a Carolina, y eso tiene un inapelable y único sentido.

Pero el núcleo radiante que deslumbra y quema, procede de Ginny, mensaje de una mujer, que se enamora de Mickey, Justin Timberlake, aquí relator de la acción,   provisional “guarda-vidas” ,  joven hombre de letras y  corifeo —para no dejar caer la tragedia griega, tantas veces citada por Allen—  quien cede a la fascinación que opera sobre él  Ginny. Ella ostenta una  impositiva corona de  cabellera rojiza, su rostro sensual, su máscara de reflexión oscura y abismal, hace posible imaginar un asomo de Gorgona, personaje que pareciera representar a la Moira de los griegos.

Esto es, el destino que rueda, gira, golpea implacable a estos desgraciados mortales, que testimonian, una vez más, la inventiva inagotable del Allen creador.

La rueda de la maravilla

 EEUU.2017.

Dir.: Woody Allen.

Con Kate Winslet, Jim Belushi, Justin Timberlake, June Temple.

 

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