Pluritemática - 30 mayo, 2018
Muerte, olvido, tiempo
por Juan Carlos Capo

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El título de esta nota puede aceptar la inclusión de nuevas historias  que los nuevos tiempos y la tecnología digital han introducido en el cine. Por ejemplo: los juguetes, en el desván de los niños, que cobran vida y salen a explorar el mundo exterior, como asimismo el interior de la casa, el entorno vecinal y mucho más lejos aún. O se sumergen en la profundidad de los mares; o es la historia de un ogro enamorado de una princesa; o se trata de ratones y ardillas que hacen de las suyas en una diversidad que lleva destino de ganarse la adhesión de nuevas generaciones.

Podrá ser el adiós a los hermanos Grimm, a Hans Christian Andersen, a Perrault, a Collodi, y a tantos autores y personaje entrañables, surgidos del trazo de Walt Disney, como el Pato Donald, como Rico Mc Pato, como el Ratón Mickey, como los Tres sobrinos o los Tres chanchitos, o  Pinocho o Caperucita Roja o Blanca Nieves.

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En este opus, es el folklore y leyendas muy populares en México y se cuenta la historia de Miguel Rivera y su  perro Dante, que acompaña a Miguel  en su descenso al mundo de los muertos, unido a  desventuras vocacionales, en que choca su deseo de ser músico y la oposición familiar. Entre sus ancestros, no se olvida la fuga de un músico que traicionó el amor. Miguel habrá de luchar contra la oposición de cadena matrilineal: tatarabuela afrentada por la separación de su cónyuge, quien fuga por la música, ideal que sumerge a la bisabuela en las brumas del olvido y el dolor, sin poder recordar que su padre no dejó nunca de quererla. Miguel emprende búsqueda de la verdad, siguiendo lecciones de la experiencia que habrá de recoger en un Hades deslumbrante, con música, color, papel picado y fuegos artificiales. Es un mundo mágico, un Averno de féerie, en recordación a seres queridos que ya partieron, pero aun sobreviven en la memoria entre ofrendas y recepción festiva en la celebración del “Día de muertos”. Miguel deberá vérselas ahora con los embates de su abuela que  con su chancleta en ristre, como medio de persuasión, no deja que la música entre a su casa. La incomunicación de Miguel con su bisabuela “Socorro” o “Mamá Coco”, agonista del tabú familiar, hace que la historia acumule complicaciones y excursiones impensables. El film viene reconocido con mucho laurel y olivo. Los productores de Pixar Animations y Casa Disney vieron ahí un filón que renueva —sin abandonar— la serie de los Toys 1, 2, 3 (el último es de  2013, que fue reconocido y premiado; otro tanto ocurrió con Buscando a Nemo, ambos del mismo director de esta “Coco”). El saldo arroja resultados bienvenidos: profesionalismo, altos costos de producción, el innegable talento de su director, y las respuestas demostrativas de la taquilla: más Globos de oro y Oscar a mejores film de animación, y a la mejor canción (”Recuérdame”, en “Coco”).

El film tiene  ritmo, color, despierta en el adulto algunas sonrisas, (y  anhelos de escuchar más a Chavela Vargas, en “Llorona”), pero también  presenta tramos no tan ágiles, carga una mochila de ternezas, música no demasiado perdurable, y fugacísimas reminiscencias de  talentos mayores: Cantinflas, Jorge Negrete, María Felix, Frida Kahlo. Y hasta el recuerdo de Tim Burton, con tema cercano, en su film “El espectro de la novia”, (2005) con técnicas de “stop-motion”, en filmación cuadro a cuadro, y efectos no menos tocantes, narrando las peripecias de Víctor con su hazaña imposible de amada habitante del Hades, sin retorno posible a esta mortal  orilla.

No hay que olvidar que estamos en México, donde las leyendas en torno a la memoria y el tiempo, a la vida y la muerte y el olvido, frecuentan inesperadas, tiernas, patéticas y aún cómicas y gozosas  osadías, de acuerdo a lo proverbialmente sabido. Pero importa proponer y no posponer un juicio: el film destaca por sustentar una validez estética convincente, en su contexto puntual dirigido a un público infantil, satisfaciendo un mercado que sancionó con muy buena disposición estos productos de animación, que apuntan a perdurar en la imaginación  del alma de la infancia de este tiempo.

Son otras configuraciones, es otra tecnología, son otras historias.

¡Isla del tiempo!

“Coco”, EEUU.2017. Pixar; Disney. Animación. Dir.: Lee Unkrich. Voces: Gael García Bernal, Elena Poniatowska, Edward James Olmos.

 

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