Revista#5 - Archivo | 9 octubre, 2020
De orígenes y (a)temporalidades: Fragmentos de la entrevista a la hija y la nieta del Dr. Valentín Pérez Pastorini.
por Claudio Danza

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Era un día gris, del año 2019, el invierno había comenzado a hacerse sentir. En la puerta de una casa del  barrio Cordón, muy cercana a la calle Constituyente en donde atendía sus analizantes Pérez Pastorini hace más de 70 años, Magdalena Filgueira, Corina Nin y quien escribe: Claudio Danza, anhelábamos un encuentro.

En esa casa nos esperaban Susana Pérez (hija del pionero del psicoanálisis en Uruguay) y Gabriela Korovsky (su nieta) Nos esperaba su biblioteca, que se conserva desde el año de su muerte, 1948, rotulada por su hermana, archivo vivo a la espera de ser revisitado. Eran muchas las expectativas y las ansias de escucha, de apertura de recuerdos, y la incertidumbre necesaria de quien busca su origen, intentando estar al resguardo del exceso de nostalgia y a sabiendas de que tiene todo un porvenir por detrás.

Entramos sigilosamente a un consultorio, Susana y Gabriela nos abren sus puertas, la primera entrañable, muy cálida y resaltando nuestra “juventud”, la segunda nos aporta fotos, registro de apuntes de puño y letra del primer psicoanalista didacta del Uruguay, funcionando de ayuda menoría para su conmocionada madre.

Pienso en lo intergeneracional, en el telescopaje de épocas y en la invitación a la atemporalidad de ese consultorio, en donde cinco psicoanalistas nuevamente recorren  la historia, la propia, la de las resonancias internas, subjetivas de ese encuentro, y las del encargado de introducir la teoría y la práctica psicoanalítica (diría Freud: “la peste”) a nuestro paisito, eso que hoy nos re-une.

Y aparece el relato, la infinidad de anécdotas y recuerdos que Susana nos comparte de su padre, entre otras, su inquieta y constante lectura de Freud, entre pescas lúdicas y paisaje campestre, sus viajes a Buenos Aires para analizarse con Angel Garma y supervisar con Pichon Riviere. Sus pacientes, que luego estarán dentro de los fundadores de la Asociación Psicoanalítica del Uruguay, Gilberto Koolhaas, Rodolfo Agorio y Hector Garbarino.

Fue temprana su muerte, tenía 53 años y lo encontró trabajando, en uno de los lugares donde trasmitía su pasión por el psicoanálisis, el hospital Vilardebó. Susana nos habla de orfandades que la habitaron desde entonces. Asimismo nos habla de los afectos: “que siguen funcionando, siguen existiendo, porque uno está formado de todo eso”.

Queremos compartir con ustedes algunos fragmentos de esa larga entrevista que ya forma parte del archivo histórico documental de APU. Luego de dos fecundas horas de charla quedan resonando las voces, los silencios, las fotos, la letra y se renueva nuestro deseo de escucha.

 

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