Revista#7 El humor | 23 octubre, 2023
Humor… Hoy Una Mueca Origina Retórica.
por Irene Macek

Magritte

 

Si nos atenemos a la definición de humor, encontramos que, es el tipo de expresión o postura que exalta el lado cómico y risueño de diferentes situaciones. Este criterio alude al entusiasmo y a la expresión de alegría. Aunque hay más elementos.

El humor es exclusivo del ser humano, los datos más antiguos se muestran en papiros asirios y sumerios, así como la comedia griega o romana.

En otros términos, se sabe que no es algo neutral, lúdico, o meramente artístico, puesto que transmite la cultura de una sociedad –nada igual a la flema inglesa- qué en variadas ocasiones puede ser un lugar donde se ejerce poder, para reproducirlo, reforzar prejuicios o encontrar voces disonantes; como podría ser el caso de la política.

En los movimientos sociales llega a innovar un discurso, un pensamiento y una valoración resignificando símbolos; ya que la risa tiene lugar, pero no está exenta de reflexiones, motivaciones y de aflorar fantasías.

Una característica del humor es, que –si no es cierto- necesita estar bien narrado, para provocar la complicidad con el interesado.

Cabe destacar, desde cierta perspectiva, la parte “payasesca” que tenemos todos; el miedo y la superación al ridículo. ¡Al propio ridículo! que hace reír y emocionar a los demás, pues hay un delgado hilo que separa el humor del ridículo. Para conseguir el objetivo humorístico se necesita, distenderse, abandonarse, auténtica y generosamente.

En el caso del payaso, él cree en todo, sin saber, sin comprender. Intenta hacer de un modo positivo, tan extraordinario, íntegra y absolutamente todo bien; esto lo aparta y deja fuera de la sociedad. Es un anti-héroe que reencuentra la inocencia, la simplicidad y una conciencia infantil madurada quién sabe cómo.

Importa señalar los riesgos del humor, puesto que contar una esencia, divertirse, querer hacer reír a una audiencia, esperar con júbilo su reacción, y tomar conciencia que nadie se ríe: ¡Ahí está el ridículo! (También lo está en la acción del llanto). Dado que, una buena experiencia para nuestra dignidad, un verdadero y molesto sentimiento, es ignorar, esconder, negar el ridículo, aunque no servirá de nada.

Es de alguna forma, como lo proclaman los austriacos: “aprender a reírse de uno mismo, para poder recién, permitirse, reír de los demás”. Ello trae aparejado que, el Psicoanálisis se gestó en Viena, donde se aplica un proverbio –aún hoy es común oírlo- que sostiene: “La cabeza es para pensar y el otro polo para sentarse. ¡No confundirlos!”

El mundo es complejo, por ende, se tiende a buscar elementos reales, verdaderos, que siempre hay en todo momento y se prestan para distorsionar.

 Trazos y trazas.

Hacer reír, no lo consigue cualquiera, son pocos e irrepetibles; hay que tener gracia y estilo. De ello surge una personalidad única, como: Chaplin, Buster Keaton, Jerry Lewis, Cantiflas, Benny Hill, Woody Allen; además de sumar los comics, Los Simpson, sin olvidar al dúo Laurel & Hardy. La lista puede seguir, ejemplos dispares van a aportar labores diferentes, puesto que hay para todos los gustos y costumbres.

A menudo al caricaturista Menchy Sabat le gustaba repetir dos frases:

1) “El humor es una cosa seria”. Comentario plenamente compartible, porque es más fácil ser triste que alegre. Una persona atormentada puede conmover, pero alguien que es divertido, debe apelar al ingenio, al humor; esto a veces se torna más violento, revolucionario y desequilibra. Sonreír y fluir, desacomoda, altera salir de lo trillado.

2) “La risa atempera la tempestad de los años”. Es probable que a medida que se desliza el tiempo, se aprenda a jugar y llegar al límite, sin traspasar fronteras. Es algo parecido a la poesía, se debe manejar en cierta zona para no caer en lo cursi. De ahí que, lo que parece simple, tiene un gran trabajo intelectual atrás y lo que aparenta intrincado, se construye con dos o tres elementos -a veces con menos- las mujeres lloronas lo saben. Por otra parte, la alegría, el buen humor, la diversión, están unidos al arte y desacomoda.

John Cheever, fue un novelista cuyos relatos pueden transcurrir por un canal oscuro o abstracto, aunque en su escritura está presente una constante, aparece un rasgo ameno, festivo, exultante. Los dramaturgos, los guionistas, saben que después de una escena tensa y/o dramática, deben quebrar el clima para aflojar y tratar de arrancarle al espectador, al menos una sonrisa. En otro orden, hay que saber cuándo se apela a lo lúdico, tanto en el gesto como en la actitud. Si un cura oficiara la misa a las risas, sería como un juego, perdería la seriedad del significado de dicho ritual; pero, como se viste en determinada forma, predica con las Parábolas, los Salmos, y La Crucifixión, su discurso suena solemne.

Arte y Humor.

El ser humano, al igual que las máscaras griegas, vive El Drama y La Comedia. Como en ellas el arte lleva a una reflexión, en general a una crítica, qué al mostrarlo desde otro punto de vista a veces trae una solución. En estos casos se necesita, del espectador y un contexto, siendo el artista –con su creación personal- el mediador.

El lenguaje empleado en el campo del arte es diverso y alberga todo tipo de técnicas. El humor en sí, es “irreverente”, no respeta jerarquías ni límites. Se formula dentro de todas las manifestaciones creativas, como: la música, la plástica, la literatura, la danza, el teatro, el cine y los nuevos aportes tecnológicos, que valen individualmente o auxiliando a otras ramas estéticas. Con el avance del tiempo, al tener nuevos conocimientos virtuales, no sólo se comunica de forma diferente, sino que se franquea algunas barreras sociales, culturales, ya sea por formato y/o difusión.

El humor altera la realidad por deformar lo que es lógico, establecido y evidente. Su mayor fuerza reside en lo inesperado, en la sorpresa y espontaneidad.

MÚSICA: Pentagramas divertidos

La música tiene la capacidad de emocionarnos y de hacernos sonreír, desde la ópera bufa, zarzuelas, operetas; con artífices como Mozart, Satie, Rossini, Stravinsky, Bach, que compuso un aria provista de risas, hasta el desenfado de bandas como, The Beatles, y The Rolling Stones. Todos tienen un lenguaje claro, con exactitud en la sintaxis (que fue muy elocuente en el clasicismo).

Mozart es conocido por su espíritu burlón -aunque Leopold, su padre, quiso reprimir- sin embargo, su carácter chispeante y juguetón, lo llevaron no sólo a componer “La Flauta Mágica”, sino que en1787 escribió: “Ein Musikalischer Spass” (Una broma musical). Si bien Mozart se ha destacado por lo escatológico, este es un rasgo de la cultura germana, que lo tiene Lutero, Goethe, Heine y otras lumbreras.

Cuando Mozart fue rechazado, en su petición amorosa, por Aloysa Weber, él le cantó una tonada popular de la época: “Leck mich das Mensch im Arsh, das mich nicht will”, cuya traducción sería (la única que no me quiere puede lamer mi culo). Y esto, no lo compuso él, circulaba en el ambiente.

Stefan Zweig, recopiló y alcanzó a Freud, las cartas y escritos escatológicos del músico.  Freud no las tomó en cuenta, es más, desestimó algunas especulaciones acerca de que Mozart sufriera el síndrome de La Tourette y otras alteraciones.

Por otra parte, Haydn también expresó su humor, pero lo hizo de un modo más fino y recatado, en sus “Drammas Gioccosos”. Caso de la Sinfonía Nº 45, llamada también, “Sinfonía de los Adioses”. En ella cada músico hace su solo y luego se retira, hasta llegar al final, donde la orquesta desaparece; queda un vacío. Fue un mensaje dirigido al príncipe que los contrató, donde hacía notar que, los músicos necesitaban vacaciones, ya que permanecieron alejados de sus hogares por mucho tiempo.

Otro rasgo humorístico dentro de su música es el de la Sinfonía 94, o de “La sorpresa”, llamada así, porque el timbal, rompe el clima pianísimo de la orquesta de manera abrupta –así lo introdujo en la partitura- para despertar al auditorio que se dormía.

Hadyn, produjo muchos “divertimentos” para cuerdas y se lo conoce como el “Padre del Cuarteto de Cuerdas”. Se cuenta que realizó un trueque con una composición. A un visitante inglés le ofreció su pieza, opus 55 Nº2, a cambio de unas buenas rasuradoras fabricadas en su país, dado que, con las locales él tenía dificultad para afeitarse.

La ópera bufa está centrada en un tema humorístico, apareció en Nápoles a comienzos del S. XVIII, de allí pasó a Roma y al Norte de Italia (se cree que la primera fue La Cilla en1706). Este tipo de ópera se compone de “recitativos”, dichos en la lengua del pueblo, con personajes conocidos a partir de la Commedia dell´ arte.

Pergolesi, está señalado como uno de los primeros compositores en dedicarse a este tipo de obra, siendo la “Serva padrona” la más conocida y en Verdi se recuerda al hilarante “Falstaff”.

BAILE: Jarana y ritmo.

En el ballet hay un buen repertorio jocoso, desde “El sombrero de tres picos” de Falla, con coreografía de Massine, hasta “La fille mal gardée”, danza que surgió de la pintura de Pierre Antoine Baudouin, llamada: Le reprimande/Une jeune fille querellée par sa mère. En este ballet la madre es bailada por un hombre, lo cual hace al personaje más esperpéntico. “La fille mal gardée”, nos remite a “La Dama Boba” De Lope de Vega. (Acto III Esc. XXIII) en cuyo verso dice: “…en el desván/ una dama/creyendo a quien la inquieta/por una hora discreta/pierde mil años de fama…”

Otro modelo en la danza, lo proporciona Stravinsky con “Polichinela”, ballet de un solo acto, pedido por Diáguilev. Si bien Massine creó el guion junto a la coreografía, Picasso se ocupó del vestuario y escenografía. Un rasgo a destacar es, que en la ópera se aprecia parodias y en la danza bromas, donde a veces se atreven a ser tan pesadas, como en la “Commedia dell´ arte.

TEATRO: Escena-rio.

El humor es un rasgo que aparece en el Teatro del Absurdo, donde el ridículo lleva a vislumbrar un mensaje profundo, que suele verse en las obras de Ionesco.

Además, están La Farsa y el Vaudeville, que sólo nos remite a pasar un buen rato, como sucede con los variados tipos de comedias.

Si bien El Grotesco existe en varios puntos del planeta, el vernáculo sería el Teatro Criollo, con su lenguaje “cocoliche” de habla italo-criolla, semejante al “cockney” londinense, que Bernard Shaw lo incorporó en “Pigmalión”, conocido también como “My fair Lady”.

PINTURAS y ALEG-rías.

Al indagar el humor en la pintura, es René Magritte un buen candidato con su cuadro: “El hijo del hombre”, donde muestra a un Sr. con una manzana verde que oculta su cara. A veces ocurre -aunque el citado no es el caso puesto que fue concebido así- que hay obras de otros autores que son “intervenidas”; un ejemplo muy conocido es La Gioconda con barba y bigotes.

El Uruguay tuvo la suerte de tener un excelente dibujante, caricaturista, pintor, Jorge Satut, que lamentablemente, su obra no fue difundida como merece. Él atesoraba para sí, hecha de su puño y líneas, una “Carlota Ferreira” –sátira del modelo original de Blanes- comiendo un pancho, que hacía soltar la risa hasta el más tímido, aun no conociendo la obra inspiradora.

Goya fue muy especial, por un lado, era el serio pintor de la corte española, por otro, era transgresor; hacía lo que quería, y es aquí donde se encuentra su distintivo más importante. Por ejercer su voluntad le trae problemas con la Iglesia, en especial con la serie “Caprichos”, donde su crítica se dispara hacia lo eclesiástico, representando seres absurdos, brujas tragicómicas y todas las mezquindades que se puedan encarnar a través del “feísmo”, del Período Negro, Proverbios y Disparates.

En el surrealismo se encuentra un lenguaje tan abierto, que sólo pensar en Duchamp y su propuesta: “Fuente”, da para preguntar esbozando una sonrisa: “¿con chorros de oro?”

Un provocador anterior, es el belga James Ensor, precursor del Dadaísmo, Expresionismo y Surrealismo. Con sus máscaras puede despertar diferentes sentimientos; al igual que Bottero con la obesidad, ya que en ambos hay un llamado a la complicidad. Otros a tener en cuenta son, Salvador Dalí, que se nutre de El Bosco (Jeroen van Aeken) y a Aubrey Beardsley, ilustrador inglés.

Por último, no puede dejar de mencionarse a Nolde, pintor que –mientras pudo, porque estaba en la lista de “Arte Degenerado”- canalizó sus fobias. De adolescente le costaba mucho escalar montañas, el hecho de clavar el pilot (placa aseguradora con una cuerda) para ascender, le angustiaba, pero cuando estaba resguardado en su casa, se tranquilizaba dibujando “su experiencia”.

(El humor estaba presente en la obra de Nolde. Después de escalar montañas, sintió que debía contar con su lenguaje cómo vivió esas experiencias y lo plasmó en:»Bergpostkarte, Altmann und Papa Sentis» (1894). Museum-Appenzell).

(Pinta sus primeras acuarelas de paisajes y alcanza un gran éxito con la serie en la que transforma las cumbres alpinas en gigantes con rostro humano).

ESCRITURA: Litera-rias

En cuanto a las obras literarias, a través de la palabra se logra asomar ironía, que conduce a la frase de Goethe: “El arte auténtico sólo puede brotar, del vínculo íntimo que hay entre el juego y la seriedad”. Además, el humor se puede tratar como un “ingrediente” y disponer una pizca, con un fin erótico, lascivo o voluptuoso.

La literatura por la maleabilidad de la palabra, -que es libre, pero no limpia- tiene más posibilidades de concretar el humor que otro tipo de arte. Lo demuestran, Cervantes con “El Quijote”, Molière con “El Avaro”, Shakespeare con “La comedia de las equivocaciones”, “Las alegres comadres de Windsor” (de quien Falstaff es el paradigma de otras manifestaciones) y se puede continuar hasta nuestros días.

En España un autor bastante cercano, cuya novela oscila entre un humor intelectual y el absurdo, parte de planteos misóginos para establecer el triunfo de la mujer sobre el hombre. Se citarán algunas de sus reflexiones: “La mentira es la única verdad en el mundo”, “Es cierto, hubo doce apóstoles, diez mandamientos, Pero… ¿Hubo alguna vez once mil vírgenes? Esta pregunta es el título de la novela de Enrique Jardiel Poncela, aunque precedida por una conjunción y el nexo de los puntos suspensivos, nos va alertando sobre lo que vendrá.

El texto al describir a Pedro de Valdivia, seductor de la ficción dice: “tenía tres cosas negras, el pelo, los ojos, y… el smoking”; así continúa pintando los atributos de este “Don Juan” en forma desopilante. Otro tanto sucede con Vivola Adamant, su espejo femenino, en cuanto a conquistas. De esta mujer “Casanoviana”, relata que, era alta, delgada, distinguida, y que “Se movía despacio, igual que las civilizaciones y las panteras, aunque para ser civilización le faltaba salvajismo y para ser pantera le sobraba fiereza. Pertenecía a ese grupo de mujeres que conservan su aspecto elegante hasta en los naufragios. (…) La boca roja encendida, ardorosa y fatigada, como de haber besado mucho y haber mentido otro tanto”.

Jardiel Poncela, se ha destacado por moverse en un espectro muy vasto, se podría decir que ha “domado” la palabra como los grandes clásicos y lo demuestra en la obra de teatro: “Eloísa está debajo de un almendro”.

 Coda.

Y por último cabe citar el humor inconsciente, que tiene que ver con la torpeza, los furcios o “las metidas de pata”. Tengo el recuerdo de alguien acostumbrado, a que una persona le tradujera sus textos; en determinado momento, tuvo la necesidad de acudir a una joven traductora, que le generaba desconfianza y mientras le entregaba el material le espetó: “¡Ojalá no se aburra!”.

A veces, se puede provocar la broma, el chiste, la mofa, por elipsis y otras con sorna.

Un distinguido doctor, apelaba en sus clases al humor y en una de ellas, para reforzar la clínica médica, empleó estas lapidarias frases: “Payador y de Rivera. No pido Wassermann.(1)¡Es positivo!”

Algo evidente es que además de enseñar, el humor, como el amor, ayuda a vivir

(1)Reacción de laboratorio para detectar la Sífilis.

El hijo del hombre. Magritte 1964. / se supone que es el propio Magritte, ya que siempre andaba vestido así y con el infaltable bombín.

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