Revista#7 El humor | 28 diciembre, 2023
¿Se terminó Les Luthiers?
por Daniel Castillo Soto y Ariel Mircus Waingut

Les Luthiers, Lutherapia, Euskalduna Jauregia, Bilbao, 1/III/2014

Después de tantos años de aventuras, Mastropiero merece descansar…”
Jorge Maronna (Les Luthiers, 2023).

Un poco de historia y de humor:

 Les Luthiers arrancó por allá en los años 60, dirigidos por Gerardo Masana quien al poco tiempo falleció en 1973.  El grupo decide continuar y se rearma bajo el liderazgo de Marcos Mundstock y Daniel Rabinovich. Algunos años más tarde se incorpora Ernesto Acher quien abandonará el grupo unos años después, dejándonos algunos diálogos memorables como “El regreso de Carlitos” en complicidad con Marcos Mundstock, entre otros.

Como sucede con los buenos vinos de guarda, el grupo fue evolucionando y acuñando un humor tan fino como sutil. A medida que pasaron los años, espectáculos como “Mastropiero que nunca”, “Muchas gracias de nada”, “Lutherías”, “Por humor al arte”, “Humor dulce hogar”, “Unen canto con humor”, “Bromato de armonio”, “Todo por que rías”, “Los premios Mastropiero” y “Lutherapia”, entre otros, fueron un claro ejemplo de fineza y juego sutil de significantes que el propio Jacques Lacan seguramente hubiese disfrutado. Precisamente el espectáculo Lutherapia (2008) es una buena prueba de ello en su doble significación como fina función teatral y aquello que nos atañe como psicoanalistas.

Transcribimos aquí una parte del diálogo que da comienzo al espectáculo entre Daniel Rabinovich (paciente) y Marcos Mundstock (analista diplomado).

-M.M. Lo noto raro. Le veo cara de preocupado, ¿qué le pasa?

-D.R.  No, preocupado no estoy, pero estoy mal, estoy nervioso, ansioso, no sé, hace semanas que ando así.

-M.M. Si, se le nota, la verdad… Me ofrezco a darle una mano si quiere, yo soy psicólogo diplomado.

-D.R. ¿Usted es psicólogo diplomado? No sabía, tantos años que lo conozco…

-M.M. (Ríe). Si, lo que pasa que no ejerzo.

-D.R.: Ah, es por eso…

-M.M: Es como usted que mucha gente no sabe que es neurótico… y usted, ¡sí que ejerce!

-D.R. Muchas gracias…muy amable…

-M.M. Si quiere le puedo dar algunas sesiones de terapia…

-D.R.  Bueno, probar no cuesta nada.

-M.M. Bueno nada…

-D.R. ¿Cómo nada?

-M.M. Están mis honorarios…

-D.R.  No me diga que me va a cobrar honorarios. ¿Y los años de amistad que tenemos?

-M.M.  No, esos no se los voy a cobrar… (Risas del público).

-D.R.  ¿Y cuánto me va a cobrar?

-M.M.  Bueno no se puede saber, hay que hacer primero unas sesiones de diagnóstico para ver más o menos en qué estado se encuentra y después le paso presupuesto.

-D.R.  ¡¿Presupuesto?!

-M.M. Si, hay que ver el tiempo que me va a llevar, la mano de obra, los repuestos… ya no se consiguen, pero…buscaríamos…

-D.R. (Permanece en silencio y perplejo).

-M.M. Si quiere podemos empezar ya.

-D.R.  Bueno, mal no me va a hacer…

-M.M.  No se… (Risas del público). Vamos a hacer terapia cara a cara, recuéstese en el diván.

-D.R.  ¿No me dijo cara a cara?

-M.M.  ¡Ah no, no! Cara – cara ¡muy cara! Usted sabe que la escuela psicoanalítica a la cual yo pertenezco tiene una máxima, un lema, que es: “Es importante que el paciente se recueste y que el tratamiento le re-cueste”.

-D.R.  Bueno, me re-cuesto entonces…

          ¿Así está bien?

-M.M.  Si, si de cualquier manera no tiene importancia. ¡Es una sesión de terapia, no de fotos!

Bueno cuénteme, qué le anda pasando…

Su despedida de Montevideo:

Los días 4, 5, 6 y 7 de octubre pasados, el elenco de Les Luthiers nos brindó sus últimos shows en Montevideo, en una sala Eduardo Fabini repleta del Auditorio Nacional del Sodre. Se dijo que fue tanta la emoción por el espectáculo a presentar en esta gira de despedida tras 56 años de trayectoria y diversas visitas al Uruguay, que aunque originalmente sólo se habían planteado las funciones del miércoles 4 y el jueves 5, luego debieron abrir dos funciones más, y también que los programas de mano escasearon ante la cantidad de asistentes.

“Más tropiezos con Mastropiero” combinó once números nuevos, como “Diálogos con la Cultura” (donde Mastropiero es entrevistado por un entrevistador desesperado), y otros tantos clásicos del grupo para producir más de dos horas continuas de risa en el público asistente, el cual si bien promediaba una edad que evidenciaba que muchos de ellos habían acompañado a Les Luthiers durante toda su recorrido,  no dejó de reír sin parar, ya que el elenco supo sacar aquello infantil del humor presente en todos nosotros. Si bien esta gira estaba marcada por la ausencia de Daniel Rabinovich, Marcos Mundstock y Carlos Nuñez Cortés, históricos del grupo, la participación de Roberto Antier y Martín O’ Connor es destacable, acompañados de Horacio “Tato” Turano, Tomás Mayer-Wolf y los diálogos, dirección y participación de los históricos Jorge Maronna y Carlos López Puccio (en algunas de las funciones actuaron como reemplazantes Santiago Otero Ramos y Pablo Rabinovich).

A lo largo de la puesta en escena, Mastropiero (en la persona de Martín O’ Connor) en una entrevista disparatada va relatando distintos momentos de su trayectoria como “reconocido compositor”. En la medida que se evocan estos recuerdos, aparecen en el escenario números nuevos como Villancicos Opus 25-12 , Days of Doris, Ella me engañó, Tristeza que entristece, Don Ciccio, Partitura invaluable, Arriba los carteles, Vote a Ortega, La clase de música, Chachachá para órgano a pistones y Coda a la alegría.  No podían faltar otras más clásicas como Aria agraria, Pasión bucólica (vals geriátrico) y Raspsody in balls, la cual aparece en el bis y cierra su presentación ante el deleite de la concurrencia que no paraba de aplaudir.

En medio de un humor inteligente que hace juego con lo absurdo, la presencia de instrumentos musicales únicos, e innumerables juegos de palabras, Les Luthiers logran aquello que podría ser una máxima del verdadero humor, que el sujeto logre reírse de si mismo, esto a través de un recorrido musical que pasa por diversos géneros, incluido el rock, el bolero y la música clásica, que son perfectamente acompasados entre sí para dar este intercambio entre lo culto y lo popular que tanto los caracterizó.

Una despedida a lo grande, que en ningún momento hace referencia a la despedida y que cierra con una frase inolvidable que Johan Sebastian Mastropiero dice, cuando revela que mostrarse como un sujeto torpe e inculto, no ha sido, sino, su forma de hacer reír y conectar con la gente “¿Y es que acaso piensa que por ser serio, no se puede llegar a ser divertido?” Sabia moraleja. Nos dejaron risas, unas cuantas lágrimas de nostalgia y sin duda mucho para agradecer.

Pero, ¿se terminó Les Luthiers?

Tal vez por ahora, pero quedará para siempre en la memoria de todos los que disfrutamos de un humor fino y sugerente… Pese a la expectativa general, la última presentación de Les Luthiers el pasado mes de noviembre nos encontró un tanto desorientados. Con sentimientos encontrados fuimos al encuentro del nuevo elenco y su propuesta actualizada que al igual que en la actual conformación del grupo amalgama muy bien lo nuevo con lo viejo, sin perder del todo aquella identidad que supieron otorgarle sus integrantes históricos. Y entonces más que nunca se nos hizo presente aquella frase memorable de Les Luthiers: “Todo tiempo pasado fué anterior” …

 

Referencias:

Les Luthiers (2008). Lutherapia. Rosario.

Les Luthiers [@lesluthiers_oficial]. (5 de enero de 2023).  Comunicado. [Fotografia]. Instagram. https://www.instagram.com/p/CnCTp6LOTAY/?igshid=ODhhZWM5NmIwOQ==

Les Luthiers (5 de octubre de 2023). Más tropiezos de Mastropiero. Auditorio Nacional del Sodre. Montevideo.

 

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